Era un jueves normal en el que
esperábamos tener otro invitado con nosotros, pero para sorpresa nuestra no era
un invitado cualquiera. Ese día el profesional que debía darnos la charla falló
por motivos personales y por ello nuestro profesor Arturo Gómez Quijano nos
contó todo sobre su trayectoria profesional y como logró llegar hasta donde
está hoy en día.
Nació en Galicia y su vocación
como periodista nace del referente que tiene en Miguel de la Quadra-Salcedo.
Quiso estudiar periodismo en un primer momento, peor en la Universidad de Santiago
de Compostela no estaba la carrera de periodismo, y no podía ir a Madrid por falta de
recursos, por lo que tuvo que estudiar derecho en Santiago de Compostela.
“Están tus planes y la realidad, cuando no coinciden debes cambiar tus
planes”
Sus padres deciden mudarse a Madrid en busca de
oportunidades, por lo que Arturo pide un traslado de expediente a la
Universidad Autónoma de Madrid para continuar sus estudios en Derecho. En la
época de los exámenes, tuvo un grave
accidente que lo dejó 25 días en el hospital y no pudo examinarse.
Más adelante tuvo que hacer el servicio militar en Tenerife
durante un año y medio, algo que le cabreó bastante, puesto que en un primer momento le habían dicho que
sería en Madrid, pero resultó ser un error.
“Rebelión ante la falta de libertad”
El servicio militar fue una
experiencia que le hizo sufrir mucho, pero también disfrutar mucho, realmente
le cambió, como él mismo afirma. Además
le dio una visión social que no tenía. La parte positiva fue que esa experiencia le
enamoró de las Islas Canarias.
Cuando acaba, su madre consiguió
su traslado de expediente de la carrera de derecho en la Autónoma a la carrera
de periodismo en la Complutense. Como el mismo Arturo afirma: “No hay nada como
una madre”.
“Mi madre es un referente, el amor sin pedir nada a cambio”
A finales de 1982 se incorporó a
la Facultad de ccinf, y en su primer año
estaba muy emocionado y fue maravilloso.
A principios del segundo curso, un profesor le ofreció una oportunidad que le
cambió la vida completamente, le invitó a formar parte de un equipo en un proyecto
de radio y Arturo accedió puesto que tú creas tus oportunidades y tu buena
suerte.
Abandonó la carrera en mitad del
tercer curso, ya que le decepcionó: “No me aportaba nada, o eso pensé yo”. Y continuó en el proyecto de la radio. Más
tarde crearon una agencia de publicidad.
En 1995 se le presentó una gran oferta: poder ser jefe de la oficina de prensa en Roma, pero no tenía el título de periodista y perdió el trabajo de su vida, según afirmó Arturo. Por esto decidió volver a la facultad a acabar lo que había empezado. En total tardó 16 años en acabar la carrera de periodismo. Hoy en día es doctor en periodismo, y lo es gracias a que perdió el trabajo de su vida.
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